Terapia de pareja: controlar lo que nos rodea
Hoy hablaremos un poco de terapia de pareja desde MSG psicólogos. En nuestra estrategia de intervención ante los problemas de relación de pareja otro de los objetivos conductuales a tener en cuenta después y al mismo tiempo de trabajar las habilidades de comunicación y mejorar la capacidad de resolver conflictos y de negociar, es el manejo de los estímulos. Planificar el tiempo libre, controlar los sucesos y/o contingencias que puedan aparecer en la vida de una pareja, controlar ciertas conductas…son aspectos sobre los que actuar puesto que pueden ser fuente de conflictos. Sobre cómo hacerlo es el tema que trataremos en éste artículo.
1. Control de contingencias específicas
Es evidente que a lo largo de la vida en común de la pareja suceden o van a suceder contingencias varias (como el nacimiento de un hijo, enfermedades, desempleo, etc.…) que pueden constituir desencadenantes y/o agravantes de los conflictos en la pareja. Evidentemente muchos de ellos no son responsabilidad de los miembros de la pareja (como una enfermedad, por ej.) y por tanto no puede ser controlada su aparición ni modificada por nosotros. Pero sobre lo que sí podemos intervenir es sobre la manera en que la pareja responde a estos acontecimientos y los enfrenta como unidad.
Saber analizar y buscar soluciones a los problemas después de que se dé una buena comunicación por ambas partes es algo fundamental. Pero en ocasiones se queda corto cuando además es necesario poseer y/o conocer los recursos técnicos necesarios para implementar las soluciones a probar. Imaginémonos que el comportamiento de los hijos es una fuente de conflicto y problemas en la pareja.
Es posible que ambos hayan mejorado su capacidad de comunicación y sean capaces de analizar el problema y de indagar posibles soluciones pero si no tienen las herramientas para resolver, por ej., problemas con la alimentación, enuresis, rabietas, etc.…,les va a resultar imposible enfrentar el problema. Para entendernos, es como si supiéramos que para llegar a la otra orilla hemos de nadar, pero no sabemos cómo.
Aquí nuestra labor estaría tanto en “enseñarles a nadar”, como en (si es necesario) “pasarles en barca”. Es decir , poner en marcha acciones que faciliten los recursos necesarios para neutralizar en la medida de lo posible las fuentes de estrés que interfieran en la vida de la pareja (por ej. ayudarles a solicitar becas, ayudas familiares, comedores infantiles…). En muchas de estas ocasiones, es necesario derivar a la pareja a otros profesionales (asistentes sociales, pediatras, etc.….) que puedan ayudarles con la contingencia específica de que se trate.