Pero…¿la terapia funciona de verdad?
Pero… ¿la terapia funciona de verdad?… Esa fue una de las primeras preguntas que me hizo un cliente recientemente en MSG psicología.
Había venido con una actitud de escepticismo, empujado por su familia que le veía mal y estaba padeciendo su estrés y sus ataques de ansiedad. Había acudido al médico de cabecera para que le diera algo que le ayudara a dormir y éste le había “frito”(según su propia expresión) a pastillas que le atontaban y le impedían rendir en su trabajo. Alguien le había dicho que por qué no probaba con un psicólogo, y él venía “a ver que pasaba” pero sin ninguna fe en que se fueran a resolver sus problemas de éste modo.
Cuando le preguntamos por qué exhibía esa actitud nos dijo que conocía a “muchos” que habían ido a un psicólogo y “habían acabado más zumbados que estaban” (sic), y siguió diciendo que cómo “me hagas cosas raras no vuelvo más”.
A todos nos ha pasado encontrarnos con casos cómo este. Son clientes que acuden dándose una última oportunidad para solucionar los problemas que de otra forma no han conseguido, pero sin creerse demasiado la eficacia de lo que emprenden.
Establecer confianza en la relación terapéutica y en su eficacia, es un trabajo previo imprescindible en estos casos.
Pero, ¿de dónde procede esa desconfianza que encontramos en muchas de las personas que vienen, o no, a consulta?. Mucho influyen los comentarios de aquellos que sí han buscado ayuda profesional por alguna cuestión concreta…, y no siempre el resultado es el esperado. Pero deberíamos preguntarnos por qué.