Adiós a Pinillos
El día 4 de Noviembre fallecía José Luis Pinillos, al que muchos consideramos el artífice y arquitecto de la Psicología en España.
El, junto a otras mentes brillantes de la Psicología en aquel momento ( como Miguel Siguán, García Yagüe y sobre todo Mariano Yela), consiguieron dotar a ésta disciplina del aval científico que precisaba, alejándola de la abstracción e incluso el ocultismo que muchos atribuían a la misma. Para ello, construyeron un proyecto docente que se concentraba en los primeros años de estudio en todos aquellos aspectos que fundamentaban de forma experimental y por tanto basándose en el pensamiento positivo y científico, las teorías psicológicas; y demostraban de forma inequívoca la utilidad social de la Psicología. Tras estos primeros años de formación experimental, los últimos cursos estaban dedicados a especializar a los futuros psicólogos en: psicología clínica, psicología educativa y psicología industrial, considerándose cubiertos de ésta forma todos los campos de desarrollo y actividad del ser humano.
Y con ésta completa y bien pensada formación, salíamos los psicólogos de la Universidad con una disciplina experimental y científica bajo el brazo.
Hoy en día éste – bien pensado – proyecto educativo, ha sido cambiado de varias maneras y se ha reconocido de forma fehaciente su carácter científico incluyendo los estudios de Piscología dentro de las carreras socio-sanitarias que deben cursarse tras un itinerario por el bachillerato “científico”. Aunque lo que no está tan demostrado es que hayan mejorado la formación de los futuros psicólogos.
El diseño docente que Pinillos y Yela propusieron permitía un amplio conocimiento de corrientes psicológicas( psicoanálisis, psicología evolutiva, diferencial, conductismo, Gestalt, etc…), de investigaciones experimentales y de la investigación científica; y además dotaba al Psicólogo de las herramientas necesarias y de la actitud para crearlas que hacen efectiva su actuación en los campos de actividad humana donde se necesite.
Inteligente, discreto y exigente con y para su trabajo.
Adiós maestro