Emociones y Diabetes
Los altos niveles de glucosa (azúcar) en sangre, son indicativos habituales de Diabetes.
La relación entre los psicológico y lo físico es evidente e innegable. Nuestros estados de ánimo influyen en como nos encontramos físicamente, en como vivenciamos una enfermedad y/o en como nos recuperamos de ella.
En el caso concreto de la diabetes, está comprobado que las emociones juegan un importante papel sobre los niveles de glucemia en sangre, estando relacionado además con los niveles de insulina y el glutagón generados por el páncreas, la adrenalina de las suprarrenales y los esteroides de las gónadas. Hormonas que ya se han estudiado que se relacionan con el estrés, y que de forma indirecta van a afectar a los niveles de glucemia en sangre.
Esta alteración de los niveles hormonales que tiene como consecuencia un aumento de azúcar en la sangre, no son significativos si se producen de forma puntual, pero si se repiten con frecuencia y se mantienen en el tiempo, dan lugar a alteraciones fisiológicas que determinan una deficiente producción de insulina o una resistencia a la misma; lo que se conoce como diabetes. Su tratamiento requiere una intervención médica, pero puesto que los aspectos emocionales han determinado en cierta medida su aparición y mantenimiento, no está de más prestarlos la adecuada atención no solo para mejorar la enfermedad sino para evitar que se manifiesten en otras patologías.
Lo altos niveles de estrés que se generan por estados emocionales extremos ante situaciones conflictivas incrementan a través del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal, los niveles de cortisol que favorecen el aumento de azúcar en sangre, que mantenido en el tiempo van a provocar una “diabetes emocional”. Por lo tanto analizar e intervenir sobre el funcionamiento inadecuado de herramientas de control de estrés, es fundamental.
Un pequeño estudio realizado en India con 30 pacientes diagnosticados de diabetes frente a otros de otras patologías, encontró que entre los primeros había mas casos de personalidad tipo A, es decir la personalidad donde predominan altos niveles de competitividad, agresividad y que además suele estar asociada a problemas coronarios como hipertensión arterial, y a un mayor número de casos de infartos de corazón.
Igualmente se relacionaron estos pacientes diabéticos con más estrategias de afrontamiento del estrés inadecuadas, como auto-culpa, rumiación mental y catastrofismo.
Aunque los resultados no se pueden extrapolar a una amplia población porque la muestra de estudio es pequeña, sí corroboran la bibliografía existente sobre la estrecha relación entre el estrés y la aparición de la diabetes, siendo uno de los componentes generadores del estrés el mundo emocional de la persona.
Parece claro pues, que aprender a manejar las situaciones de estrés y a gestionar las emociones, es muy importante para evitar la aparición de manifestaciones negativas a nivel somático (sea hipertensión, úlcera de estómago o diabetes). O dicho de otra forma: saber gestionar nuestro mundo emocional mejora nuestro bienestar general y por ende nuestra salud.