Conflictos y desacuerdos
Conflictos y desacuerdos
Autor: Montserrat Sanz García
Las relaciones interpersonales son fuente en muchas ocasiones de conflictos más o menos graves, más o menos irresolubles, que debemos aceptar como algo normal y que nos brindan, si esa es nuestra actitud, la oportunidad de aprender de ellos.
En todas las relaciones, hasta en las más placenteras y amistosas surgen ocasionalmente los choques. Hay un conflicto interpersonal cuando alguien encuentra en el comportamiento de los demás un obstáculo que se interpone para el logro de los propios objetivos. Es normal que en la medida en que las personas tenemos historias personales diferentes y, por lo tanto, deseos, opiniones y necesidades diferentes, haya comportamientos diferentes y por tanto choques, debates y colisión de intereses. En esas situaciones hacemos valer nuestras necesidades e intereses del mismo modo que las otras personas hacen valer los suyos y de ahí parten los conflictos. La fuerza de esos intereses es la que determina la intensidad del conflicto y que las distintas posiciones sean conciliables o no.
¿Cómo nacen los conflictos entre personas?
- Por la subjetividad de la percepción. Las personas captamos las situaciones de una forma muy diferente y ello determina nuestras posiciones e intereses. Aunque pretendamos ser objetivos y nos esforcemos en ello, la distorsión es difícilmente evitable.
- Por una información incompleta. Hay juicios y opiniones que se emiten conociendo sólo una parte de los hechos.
- Por fallos en la comunicación interpersonal (sobre todo ello hemos hablado en la serie de artículos sobre la comunicación). Porque el emisor no emite en condiciones, porque el código (palabras, gestos) no es el adecuado o porque el receptor no sabe, no puede o no quiere descifrar el mensaje. Y, además, casi siempre las palabras son insuficientes para transmitir los pensamientos.
- Por diferencias de caracteres.
- Por la pretensión de las personas de igualar a los demás con uno mismo. Por esa dificultad que se suele tener para aceptar a las personas como son, sin juzgarlas y por esa tendencia a pretender que los demás sean, piensen y sientan como a nosotros nos gustaría que lo hicieran y no como ellos “son” en realidad.
Actitudes que provocan conflictos
Todos somos conscientes de que en determinados momentos y con determinadas personas, mostrar una actitud u otra puede ser determinante para que se genere un conflicto. En general, las siguientes actitudes suelen conseguirlo:
- Ordenar, dirigir, mandar, imponer. Lo cual produce en las otras personas miedo, resistencia, rebeldía y actitudes defensivas. A menudo los individuos se sienten rechazados si sus necesidades personales han sido ignoradas y se sienten humillados si tales conductas se dan delante de los demás.
- Amonestar, amenazar. Pueden lograr que el otro obedezca pero será sólo por temor.
- Moralizar, sermonear, crear obligación. La intención es que el otro se sienta culpable, obligado y atado. Cuando las personas sienten la presión de tales mensajes, frecuentemente se resisten y desatienden.
- Aconsejar, dar soluciones. No es verdad que la gente siempre quiere un consejo. El consejo, la advertencia, implican “superioridad” y pueden provocar que el otro se sienta inadecuado o inferior. El consejo puede hacer al otro un ser dependiente, no promueve su propio pensamiento creativo.
- Persuadir con lógica, argüir, sentar cátedra. La persuasión frecuentemente hace que el otro defienda su propia posición con mayor fuerza. El hecho de tener la lógica de nuestro lado no trae siempre consigo una mayor obediencia o un asentimiento de los demás. Por el contrario el otro puede “enrocarse” en sus posiciones si percibe que de alguna manera “pretendemos enseñarle, darle lecciones”.
- Juzgar, criticar, censurar. Más que ningún otro mensaje, éste hace que la persona se sienta incómoda, incompetente y/o tonta.
- Ridiculizar, avergonzar. Tales mensajes tienen un efecto devastador porque destruyen la imagen que el otro tiene de sí mismo.
- Interpretar, analizar, diagnosticar. Decirle al otro qué es lo que realmente está sintiendo, cuáles son sus verdaderos motivos o por qué está actuando de tal manera, puede resultar muy amenazante. Hacer el papel de psicoanalista con los demás es peligroso y frustrante para ellos. Las interpretaciones frenan la comunicación porque desaniman al otro a expresar más de sí mismo por considerarlo inútil.
- Preguntar, interrogar, sondear. La respuesta de las personas al sondeo o interrogatorio es a menudo sentirse en el banquillo de los acusados. Muchas personas sienten que el interrogador es un entrometido. Las preguntas restringen de forma drástica la cantidad de información que podrían dar los demás si solamente se les animara a que hablaran de forma espontánea.
- Distraer, desviar, hacer bromas. En general somos muy serios cuando hablamos de algo personal. Cuando nos responden bromeando esto puede hacernos sentir heridos o rechazados. Y la consecuencia es el silencio y el bloqueo.
¿Qué repercusiones tiene el conflicto?
El conflicto puede generar consecuencias negativas…
- Cuando el conflicto se enquista y es duradero se almacena tensión que puede ser fuente de violencia.
- Además en la medida en que origina frustración, produce hostilidad y resentimientos contra el otro y probablemente en el otro.
- Puede llegar a ser la causa de aumento de la ansiedad y de múltiples síntomas psicosomáticos, como dolores de cabeza, insomnio, etc.
Pero también consecuencias positivas…
- El conflicto estimula las defensas individuales de afrontamiento y por eso aumenta la capacidad de los individuos para afrontar situaciones conflictivas.
- Ayuda a que se consolide el realismo en las personas , ya que a lo largo de la vida las diferentes experiencias y los choques van colocando a cada cual en su lugar, de tal manera que se terminan estableciendo los propios límites y el respeto a los derechos ajenos.
- Cuando los conflictos son de un grupo contra otro, los grupos se cohesiones internamente algo de lo que son conocedores políticos y gobernantes que utilizan con cierta frecuencia la generación de conflictos como modo de cohesionar al propio grupo.
En resumen, que los conflictos tienen aspectos positivos (como cualquier otra situación de nuestra vida) que nos ayudan a crecer como personas siempre que nuestra actitud sea positiva y dirigida a…
…Aprender a ver el conflicto como una oportunidad de crecimiento.
Hemos de partir del hecho de que el conflicto es un hecho natural en nuestras vidas y que se da entre padres e hijos, parientes, políticos, jefes y subalternos, compañeros de trabajo, socios, amigos…Es decir, nos lo encontramos a cada momento y forma parte de la vida. Además, en esencia, es algo positivo; ya que nos pone a prueba en multitud de situaciones, ayudándonos a desarrollar estrategias para enfrentarnos a ellos, potenciando nuestras capacidades de resolverlos y aumentando en consecuencia nuestro autoconocimiento y nuestra autoestima. Ahora bien, cuando el conflicto se convierte en norma o hábito y caracteriza el conjunto del comportamiento, es cuando se transforma en un problema.
Puesto que el conflicto ocupa una parte importante de nuestra vida, la habilidad que mostremos en gestionarlo tiene gran importancia para nuestro equilibrio personal e incluso para nuestra calidad de vida.
La teoría moderna de los conflictos sostiene que éstos no son ni buenos ni malos en sí mismos, sino que son sus efectos o consecuencias los que determinan que un conflicto sea bueno o sea malo, positivo o negativo.
Los Conflictos Funcionales
Son aquellos de intensidad moderada, que mantienen y, sobre todo, mejoran el desempeño de las partes. Pertenecen a este grupo, los conflictos que:
- Permiten la clarificación de problemas y asuntos importantes
- Consiguen la solución de problemas
- Involucran a las personas en la solución de asuntos importantes para ellas.
- Conducen a una comunicación más auténtica.
- Ayudan a liberar emociones, estrés y ansiedad.
- Ayudan a desarrollar más cooperación entre las personas cuando se conocen mejor.
- Ayudan a los individuos a desarrollar nuevas formas de interactuar y nuevas destrezas.
Los Conflictos Disfuncionales
Contrario a lo anterior, existen conflictos que tensionan las relaciones de las partes a tal nivel que pueden afectarlas limitando o impidiendo una relación armoniosa en el futuro. Generan stress, descontento, desconfianza, frustración, temores, deseos de agresión, etc., todo lo cual afecta el equilibrio emocional y físico de las personas, reduciendo su capacidad creativa, y en general, su productividad y eficacia personal. Si este tipo de conflictos afecta a un grupo le genera efectos nocivos que pueden llegar, incluso a su autodestrucción.
Como es fácil deducir, los conflictos disfuncionales o negativos, constituyen el campo de acción del conciliador/mediador. Pero de los otros, podemos “hacernos cargo” nosotros mismos si tenemos la actitud positiva de aprender de la situación y unas sencillas herramientas que serán objeto de otro artículo.
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