El maltrato es una de las mayores lacras de nuestra sociedad. Cómo identificar que alguien está siendo maltratado no siempre es fácil, sobre todo porque tendemos a pasar por alto aspectos que podrían ser clave. Si sospechas que está ocurriendo cerca o en tu entorno, a continuación te contamos cómo puedes identificarlo. Contacta con MSG psicólogos en Valladolid y te asesoraremos.
Uno de los primeros indicios, pasa por mostrar cambios repentinos en el comportamiento. Por ejemplo, si la persona se vuelve más irritable o retraída, significa que algo le ocurre.
También tiende a mostrar cambios en sus relaciones con amigos y familiares. Es posible que la persona se aleje, que ponga excusas para no salir con los amigos o que se sienta reacio a conocer a nuevas personas. En muchos casos, por miedo.
Si la persona deja de comer o por el contrario empieza a comer compulsivamente, o se queja y tiene cara de cansada a diario porque apenas consigue pegar ojo, son aspectos que nos quieren decir algo.
Una persona maltratada a menudo tiende a evitar las actividades que antes disfrutaba. Bien por prohibición u obstaculización por parte de su maltratador, o bien porque los trastornos psicológicos generados por la situación de maltrato la llevan a dejar de disfrutar y buscar aquellas actividades que antes le gustaban. Este aspecto puede ser otra pista que nos indique que algo no marcha bien.
Cuando una persona aparece con lesiones y no puede explicar de que son o pone excusas, esto es una señal clara de que algo está sucediendo. Por ejemplo, si de repente aparece con moretones, cortes o quemaduras, es que algo no va bien. También que el contacto físico provoque una reacción de dolor en alguna zona del cuerpo puede indicar la existencia de lesiones.
A veces se pueden observar las lesiones están en diferentes etapas de curación. Por ejemplo, hay lesiones recientes y lesiones que llevan más o menos tiempo, lo que confirma que hay un maltrato continuo.
A menudo, siempre atribuyen los golpes a caídas o accidentes. Pero sobre todo dando una explicación poco convincente, como si tratara de ocultar algo.
Otra forma de maltrato es el control y el aislamiento. El maltratador necesita aislar a la persona para que dependa emocional y físicamente de él. De ahí que parte de sus esfuerzos se van a centrar en apartar a la víctima de su entorno socio-familiar; primero sutilmente y con el tiempo de forma más explícita. Si la persona de repente se aleja, probablemente su maltratador le haya prohibido tener contacto con amigos y familiares. También puede aparecer un control sobre el uso del dinero, lo que compra y para quién, e incluso el tiempo que está en el trabajo o haciendo la compra.
Una persona que vive una situación de maltrato sea físico o psicológico va a desarrollar una sintomatología psicológica indicativa de algún trastorno. Los más frecuentes son la ansiedad, la depresión y el trastorno por estrés postraumático. Viven en un continuo estado de “guerra” con la incertidumbre de no saber cuándo ni cómo ni dónde lloverán “las bombas”; y esto se refleja en sus comportamientos e incluso en su lenguaje corporal. Su postura corporal indica sumisión y miedo (incluso aunque su maltratador esté ausente). Su autoestima ha sido masacrada en todos los casos y eso las lleva a sentirse inseguras, viéndose afectada su capacidad para tomar decisiones y para relacionarse. Si observamos algún cambio en este sentido sobre todo en personas que antes no se mostraban así, es señal inequívoca de que algo está ocurriendo.
Hablar con la víctima para que reconozca el maltrato suele provocar el rechazo de ésta en principio, por lo que seguramente sería mejor hacer hincapié en que no la vemos bien y que quizá necesitaría la ayuda profesional de un psicólogo, como primer paso para el reconocimiento del maltrato. A partir de ahí el trabajo en su recuperación será más sencillo.
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