Actualmente, el bullying es un problema que afecta a muchos niños y adolescentes.
No es un fenómeno reciente; siempre se han conocido casos de niños con los que se
metían sus compañeros por ser “gordito”, tener gafas o aparato en los dientes. La
diferencia entre el acoso de hace años y el actual, es que antes los abusos terminaban
al salir de clase mientras que ahora el acoso continúa las 24 h. del día a través de las
redes sociales. A pesar de aparecer noticias sobre el tema en los medios de
comunicación de forma frecuente, aún no se ha abordado el problema de forma seria
y adecuada. Para ello sería necesario intervenir teniendo en cuenta todos los factores:
a la víctima, el acosador o acosadores y los observadores. Mientras que no se trabaje
teniendo en cuenta esta triada, la resolución del problema se antoja difícil y a muy
largo plazo. Esto y no contar con profesionales preparados para abordarlo hace que a
pesar de contar con protocolos de intervención en los centros educativos, su eficacia
sea escasa. Sin embargo, mirar hacia otro lado nunca es la solución, porque significa
dejar a la víctima sola ante una situación que perciben como imposible de abordar y
que los “machaca” en su autoestima y valoración personal hasta el punto, en muchos
casos, de recurrir a las autoagresiones y/o el suicidio como método para escapar de
una situación que tanto sufrimiento les causa.
El conocido como acoso escolar o bullying es un problema grave que afecta a
muchos niños y adolescentes en todo el mundo. Sus consecuencias pueden ser
terribles y entre ellas se cuenta el aumento del riesgo de suicidio.
Si una persona sufre acoso y de forma implícita o explícita indica que tiene
pensamientos de acabar con su vida, es importante estar atento e intentar ayudar.
¿Cómo hacerlo? Aunque no lo creas, puedes ayudar de varias maneras (pero nunca
mirando a otro lado):
Es importante recordar que la prevención del acoso y el suicidio es fundamental. Si
se presencian situaciones de bullying o se sospecha que esa vivencia puede llevar a la
víctima a tener pensamientos suicidas, intervenir de alguna manera intentando
ayudarle a salir de esa situación y mostrándole todo el apoyo necesario es la mejor
opción.
Intervenir de forma precoz y el apoyo pueden ser claves para evitar futuras
tragedias. Asimismo, el hecho de poner este tema sobre la mesa puede evitar
que se sigan produciendo este tipo de situaciones. En nuestras manos está eliminarlo de la
sociedad.
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